Desde hace un tiempo han comenzado a surgir varios sectores de trabajadores de la educación que han puesto en el tapete la idea de levantar una organización clasista que aglutine a los diferentes trabajadores de la educación, no solo profesores sino también auxiliares, paradocentes, asistentes, parvularios, etc. Es decir dejar atrás el gremialismo impuesto por la dictadura fascista al crear el Colegio de Profesores-Asociación Gremial a mediados de los ´70.
Fue en este sentido que ha vuelto a aparecer en el horizonte la idea del SUTE, Sindicato Único de Trabajadores de la Educación, el cual existió entre julio de 1970 y septiembre de 1973. Este Sindicato tuvo una clara orientación clasista y combativa al declararse antiimperialista y agrupar a todos los trabajadores de la educación (incluyendo administrativos y servicios).
Con este ejemplo un grupo de trabajadores de la educación comenzó un proceso al interior del Colegio de Profesores para proyectar transformar éste en una organización con las características del SUTE: el proyecto SUTE se denominaron. En este proyecto comenzaron a agrupar a diversos trabajadores con posiciones clasistas ¿pero cuál fue la sorpresa cuando se acercaron las nuevas elecciones para renovar a dirigentes en la Asociación Gremial? Un sector de estos trabajadores incluyó, entre gallos y media noche, en la sublista SUTE a reconocidos ex concertacionistas, con lo cual produjo un quiebre con lo avanzado del proyecto; reprodujo prácticas oportunistas y ejemplifica claramente la situación paupérrima por la que atraviesan muchas organizaciones que en vez de presentar una lucha combativa practican el oportunismo y el burocratismo.
El sector liderado por el señor Luis Garrido (actual dirigente del comunal PAC y que ahora va de candidato por el Regional Metropolitano, cualquier similitud con los trepadores del reformismo electorero no es mera casualidad) decidió incluir en la sublista a representantes de la corriente u organización (no tenemos claro esto) llamada “Socialistas allendistas”, la cual fue una corriente al interior del PS (el mismo de Bachelet, la LGE, la “oficina” y Schilling) que se desligó de ese partido cuando se dio a conocer la derrota de Frei en la segunda vuelta, es decir salieron a hacer la pega oportunista de representar a supuestos grupos izquierdistas cuando lo que en verdad realizan es “agitar las aguas para aparentar profundidad”.
Entre los dirigentes más destacados de esta corriente está el sr. Luis Madariaga, personaje burocrático que hoy en día es Director Nacional del Colegio, electo con solo 114 votos puesto que fue arrastrado por su lista, que fue la del PC (que fue la mayoritaria en las elecciones del 2007 con Jaime Gajardo a la cabeza. Hoy Gajardo va a la reelección en una lista del PC-PS-PPD-IC y PR, dejando sola a la DC, con lo cual dejaron solos a los “socialistas allendistas” para que los incautos no los identifiquen con la concertación). En sus 3 años de administración la acción más destacada de Luis Madariaga fue cuando en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales junto a otros 7 dirigentes nacionales llamó a votar por el candidato Eduardo Frei, creyendo que los trabajadores de la educación se olvidarían de lo que significó el gobierno de Frei para la educación chilena y sus trabajadores, o cómo si no recordáramos los resultados de la movilización por el bono SAE y la deuda histórica.
Es en este sentido que todo el proyecto SUTE pierde su peso por ir de la mano con los enemigos de la clase, con los vendedores del pueblo y por tener en su seno a oportunistas que no le hacen asco a transar con enemigos como Madariaga, a pesar de que se llenen la boca al hablar de “la reconstrucción de un sindicalismo clasista”.
Hoy en día el Colegio de Profesores no representa los intereses de los trabajadores de la educación y seguirá estando en esta situación por un buen tiempo; lo que lejos de desmotivar la organización de los trabajadores debe servir como incentivo de barrer de una vez por todas con esta casta de burócratas que parasitan de este organismo generado por la dictadura, utilizándolo como tribuna para los intereses de los reformistas y de los traidores al pueblo.
Cuando los trabajadores de la educación han dado importantes luchas en el último tiempo la organización que debiese representarlos no está a la altura, ni tiene la línea política correcta puesto que es una línea de derecha que detiene la movilización y la lucha. En este sentido el llamado a la construcción del SUTE se hace aún más necesario puesto que el Colegio de Profesores es hoy putrefacto ya que ha bajado ostensiblemente en su número de asociados y porque no ha ganado ninguna de las luchas en que los trabajadores de la educación se la han jugado desde las bases. El llamado a los revolucionarios, a los trabajadores de la educación con conciencia de clase es a denunciar a estos oportunistas y burócratas, y al mismo tiempo a seguir en la movilización y la organización de nuestra clase, solo a partir de nosotros se forjará el instrumento que represente nuestras reivindicaciones.
¡A LEVANTAR UN SINDICALISMO DE CLASE Y COMBATIVO!
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