Huelga de trabajadores del Sindicato GTD Telesat

Desde este viernes 4 febrero se encuentran en huelga los trabajadores que forman parte del sindicato GTD Telesat. Hoy martes nos acercamos a conversar con los huelguistas mientras la cámaras de seguridad puestas por la empresa desde el día de ayer apuntando en dirección a los trabajadores intentaban atemorizar a quienes se organizan y luchan por sus derechos y a quienes apoyan y difunden las luchas populares.

La empresa GTD Telesat que cuenta con sucursales a lo largo de todo el país, funciona gracias al esfuerzo de alrededor de 140 trabajadores, sin embargo los sindicalizados son alrededor de 32, buen ejemplo de la baja sindicalización existente en el país producto del miedo, el individualismo y las persecusiones del empresariado.

Dejando atrás el engorroso proceso burocráctico que la legislación chilena contempla para las huelgas legales por unanimidad los 32 trabajadores votaron la huelga motivados principalmente por demandas asociadas a las horas extras y a los bonos por cumplimiento de metas. Precisamente cuando el sindicato se formó hace 4 años fue puesto que la empresa ni siquiera tenía regularizada las horas extras según lo exigido por la patronal ley laboral. Los dirigentes sindicalaes nos dicen que es una política de la empresa no transparentar las comisiones y los bonos por venta, para así mantener a los trabajadores con distintos beneficios, cuestión que hace menos fructífera la labor del sindicato.

La empresa asociada al rubro de las telecomunicaciones comenzó a hacerse de su fortuna en la dicatadura militar, principalmente con el arriendo de líneas telefónicas a Bancos y empresas privadas en el centro de Santiago. A mediados de los ´90 se expandieron a la telefonía comercial y en la última década creo su área de Internet. En el año 2005, en pleno proceso de monopolización, cuestión inherente al llamado “liberalismo”, adquirió Manquehue Net (a la familia Rabat) y Telefónica del Sur. Entre sus otros servicios están: proveedores de redes de datos, carrier de alrga distancia, televisión digital, hoy en día la empresa de telecomunicaciones cuenta con la red de fibra óptica más grande de Santiago, siendo la tercera compañía de telecomunicaciones en Chile. Sus dueños son la familia Casanueva quienes ejercen sus prácticas como verdaderos patrones de fundo de las telecomunicaciones.

En este proceso de negociación colectiva el empleador ha ocupado las viejas tácticas anti laborales, satanizando a los trabajadores organizados y dividiendo las fuerzas, promoviendo la negociación individual con los trabajadores en vez de la negociación colectiva, cuestión que obviamente desinsentiva la sindicalización. Es además, dicen los dirigentes, una política de la empresa el no transparentar las comisiones.

El dilema de los vendedores.

En la pasada negociación colectiva los patrones se comprometieron a implementar un sistema de bonos y comisiones uniformes y más claro, sin embargo los dirigentes denuncian que: “el objetivo del empresariado es disminuir los sueldos base y aumentar los bonos como lo que pasaba en Fasa [Farmacias Ahumada] y por eso es una doctrina empresarial”. Luis Muñoz, gerente general de la empresa, implementó un sistema de bonos que a la larga termina provocando descuentos a los trabajadores que no lograban cumplir con las altas metas. Esto provoca que con las inalcanzables metas a los trabajdaores se les hacen descuentos si venden y también si no venden, poniendo a la sobreexplotación como modelo del trabajor ejemplar y a la sumisión como valor a seguir. Estos sueldos variables terminan sobreexplotando a los trabajadores cuando en principio se presentan casi como un beneficio o sueldo adicional.

Las demandas de los trabajadores como es una práctica habitual ha sido silenciada por los monopólicos medios de comunicación. Los dirigentes señalan que enviaron cartas a El Mercurio, La Tercera, Las últimas noticias y otros medios de la prensa oficial y la respuesta ha sido nula. Ante esto muchas veces las fuerzas decaen, principalmente cuando se reconoce que el período estival no es el más propicio para negociar, pero cuando se tienen claros los objetivos, cuando se aprecia la indiferencia y persecusión de los patrones amparados por una legisalación laboral que está hecha a su medida la convicción en la lucha de los organizados se hace más fuerte.