lunes, 31 de enero de 2011

Futuros resultados de las revueltas populares en el norte africano. ¿Dónde está Fukuyama?

A inicios de la década del ´90 desde las aulas norteamericanas Francis Fukuyama declaraba, por secretaría, nada menos que el Fin de la historia. Esto no quiere decir que pensara que la historia no debía seguir siendo enseñada en los colegios como podría parecer, sino que planteaba que Marx tenía razón al señalar que la historia es la lucha de clases, pero que esta lucha habría terminado con el fin de la guerra fría, por lo tanto entrábamos en una nueva época carente de conflictos sociales y de luchas, donde el pensamiento neoliberal se hacía omnipotente e incuestionable. El fin de la URSS, la caída del muro, la llegada de nuestra conocida Concerta, eran las grandes pruebas de esta teoría que encerraba a la lucha de clases en el museo de los recuerdos, dejando a los movimientos sociales y a los ejércitos populares como piezas vivas de un tiempo que ya pasó.

Con gran aceptación los políticos reformistas de ayer se hicieron parte de estas teorías dando curso a la renovación socialista, mientras que los intelctuales chilensis dieron rienda suelta a esa elucubración amorfa, y que aún se preguntan qué diablos es, llamada posmodernismo que en el caso de los ex- intelectuales de izquierda (como los que hacen nata en el Arcis y otros centros de estudio) se denominó posmarxismo, no porque hayan superado a Marx sino porque sus representantes son todos (llamados) ex- marxistas.

Una derivación tal vez de esta tendencia es el llamado movimientismo, que plantea la apoliticidad, el apartidismo y tiene una consideración religiosa del "poder", como si fuése malo por antonomasia, esto porque no parte de un análisis de clase. Esta tendencia fue muy influyente en latinoamáerica principalmente tras el movimiento zapatista en Chiapas y las diversas experiencias como las de Bolivia.









Los hechos sucedidos en los países africanos colindantes al mediterráneo han tirado por los suelos nuevamente las teorías abstractas de Fukuyama, los posmodernos y posmarxistas. La lucha de clases ha salido a las calles de El Cairo, Alejandría y Suez y ha hecho temer al supuesto omnipotente EE.UU. que le preocupa "que se forme un vacío de poder"; para esto fomentan una transición ordenada a una verdadera falsa democracia. Egipto cabeza de playa de EE.UU en la zona, primer país árabe en reconocer a Israel como Estado hace aguas con el gobierno de Mubarak. Dificilmente se puede avisorar si la salida a estos enfrentamientos será popular y socialista, no porque estemos presenciando meros actos espontáneos (las deserciones militares y su unión a las protestas demuestran que el malestar es generalizado y de hace tiempo), sino por la falta de dirección. La caída del dictador no es sinónimo de socialismo ni de gobierno popular y eso en Chile lo sabemos hace tiempo.




Es de esperar que las protestas vuelvan al "viejo topo" al centro del escenario social y que el fantasma que hoy recorre el norte de África, se haga fuerte en el Asia y se decida en Latinoamérica.

La chispa que se encendió en Túnez hace ya varias semanas, y que no tiene nada de ciudadana sino mucho de lucha de clases, se ha expandido a Jordania y Yemén mientras que en Egipto hasta los museos han sabido que la historia no se ha acabado. Las masas populares están en la calle exigiendo lo que les corresponde, la salida de Mubarak, verdadero títere de EE.UU., es decir la lucha callejera es también la lucha contra el imperialismo, pero no son sinónimos. La lucha de clases no termina con la caída de Mubarak, la tarea es larga y el análisis de la situación complejo. Esperanzas populares a la distancia... que la historia sigue avanzando y la lucha también.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola, soy un viajero empedernido y me preocupa mucho la situación de los museos en egipto, espero que pronto se solucione todo y no tengamos que lamentar la pérdida de los hallazgos milenarios que son patrimonio de la humanidad.
Espero que incluso después de esto se acrecienten aún más los fósiles y los monumentos. No éstaría mal ver el fósil del capitalismo acompañado del imperialismo en las vitrinas de la historia, un monumento a los pueblos del mundo que se levantan contra los grandes poderes e incluso sería muy interesante ver una pintura pop- art de fukuyama haciéndole sexo oral a marx, lenin y mao Tsé-tung.

Anónimo dijo...

Para el viajero pop art. Si va a escribir algo que sea una aporte a la discusión y no un berrinche homosexual-fetichista.

Anónimo dijo...

Creo que se debe tener cuidado con las esperanzas del cambio de régimen, eso de pensar los gobiernos más o menos tiránicos y alegrarse por los cambios de mando aparentemente más democráticos o incluso verlo como victorias del pueblo en sí mismas es siempre relativo. Hoy el imperialismo puede perfectamente cambiar un gobierno para mantener al estado, celebrar eso sería un miopismo político, eso claro está, si se piensa desde una perspectiva revolucionaria.


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