sábado, 15 de enero de 2011

INVITADA DE PIEDRA.


Nos enteramos que las encendidas protestas en las frías tierras australes han causado la remoción del Ministro de Energía, Ricardo Rainieri. De paso, el gobierno reforzó un par de áreas donde no había logrado hasta el momento imponer a cabalidad sus políticas, como en el Ministerio del Trabajo.
Con finalidades claras llega la “patrullera” Matthei al Ministerio del Trabajo, preparar el escenario para una nueva ofensiva flexibilizadora en las relaciones del trabajo en Chile. La llamada versión 2.0 de la flexibilización laboral no cuenta con el consenso de los diversos sectores burgueses representados en el parlamento, es por esto que para preparar el terreno Matthei busca la eliminación del llamado “multi RUT”, artimaña legal que permite crear cientos de empresas de papel que impiden la formación sindicatos, el pago de gratificaciones y un sin número de burlas a los ínfimos derechos que entrega el Código “burgués” del Trabajo.


Esta concesión sin duda que será difundida por la totalidad de los medios de comunicación hegemónicos, maquillándola como un verdadero beneficio para los trabajadores, sin embargo nadie da todo por nada y amarrado a ese beneficio para los trabajadores irá una fuerte ofensiva flexibilizadora, a la que se le agregará la tramitación del teletrabajo, para sobreexplotar a los trabajadores, pero ahora desde sus propias casas.
Sin duda que la eliminación del multi RUT puede contribuir al pequeño ascenso de sindicalización vista en los últimos años (como resultado de la lucha reivindicativa principalmente), pero esto sin duda que tendrá efectos en los sectores sindicales que se mantienen el “viejo estilo sindical”, anclado al legalismo, la leguleyería y la burocracia. Los demás sindicatos formados al alero de la legalidad o desbordando a ésta buscan ser mermados por la “sindicalización automática” como lo han estudiado los intelectuales orgánicos de la burguesía Alberto J. Armstrong y Rafael Águila, profesores de la PUC, en su amplio estudio Evolución del conflicto laboral en Chile. 1961-2002.
A grandes rasgos, éstos señores plantean los beneficios que traería la sindicalización automática puesto que permitiría disminuir el número de huelgas ilegales que existen en el país y que vienen en ascenso desde 1987. A pesar de ser bajo el porcentaje de huelgas en Chile, las que más perjuicios causan en la clase burguesa son las huelgas ilegales, puesto que son propiciadas principalmente por trabajadores subcontratados (como los de Bosques Arauco o los de CODELCO), los cuales ahora tendrían un sindicato automático con su empresa contratante y por esta vía encausar y desviar sus reivindicaciones, no exigiendo sus derechos frente a la empresa realmente mandante y que capitaliza su trabajo.
Sin duda que las tareas de la patrullera no son muy diferentes a las de los concertacionistas ministros del Trabajo (como Jorge Arrate, por ejemplo) ni a la de su antecesora Camila Merino (la gendarme del Metro), pero vienen a reforzar la necesidad de la burguesía de implementar su sobreexplotación sobre los trabajadores del país, de lo contrario difícilmente se podrá sostener los eslabones de esta burbuja que en seno es carcomida por el topo de la lucha de clases, a pesar de que algunos la sigan dando por muerta. Al respecto los lamebotas ya hacen su labor: “espero que sea capaz de llegar a acuerdos” sentenció Arturo Martínez ante la llegada de su nueva colega.

Mientras las movilizaciones contra el alza del gas en Magallanes continúan bloqueando las rutas a Argentina, al aeropuerto y a Puerto Natales, recién los trabajadores de ENAP se ponen a tono con la situación y amenazan con cortar el suministro de gas a la empresa Methanex, a contar de este lunes. Tarde, pero aún oportuno el anunció del sindicato, dejando atrás las meras reivindicaciones economicistas para entrar en el área política, “el gas y el petróleo en nuestra tierra es primero para los magallánicos y los chilenos y después para los privados (…) es la hora de defender la soberanía sobre nuestros recursos naturales y la propiedad pública de ENAP”, señaló Alejandro Avendaño, presidente del Sindicato de Trabajadores de ENAP Magallanes. Precisamente es ésta la centralidad del movimiento obrero que los teorías posmodernas le niegan. Es labor de los organizados, de los sectores más concientes del pueblo demostrar a la Sra. Matthei que el sudor obrero no es semilla en el desierto sino que es la vanguardia del pueblo explotado y que ya no estamos dispuestos a permanecer en este silencio tan parecido a la estupidez.


NADA BUENO SE DEBE ESPERAR DE ESTA SEÑORA.

A REDOBLAR LOS ESFUERZOS ORGANIZATIVOS Y A DARLE DURO A LA LUCHA PROLETARIA.

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