En el marco de las movilizaciones que llevan a cabo los estudiantes de la Universidad Central (con 12 mil alumnos matriculados) como respuesta a los intentos de venta de la Universidad al grupo Norte Sur (sociedad de inversiones que controlaba el Banco del Desarrollo), es que los estudiantes de la sede La Serena de esta Universidad (1con una matrícula de 1.200 alumnos) han realizado fuertes movilizaciones a la par que sus compañeros de Santiago. En estas movilizaciones jamás lograron ser escuchados por la directora de la sede, por estos motivos fue que a las movilizaciones por el rechazo a la venta de la Universidad al grupo Norte Sur los estudiantes de la sede La Serena agregaron la demanda por la salida de la directora Verónica Abbott. Por esto fue que 3 estudiantes comenzaran una huelga de hambre desde el 11 de mayo pidiendo la salida de la directora. La larga lucha dada por estos 3 jóvenes culminó ayer jueves cuando el “vocero del movimiento, leyó la renuncia de Abbott y los gritos de victoria se dejaron sentir por todas las dependencias universitarias” (Diario El Día).
Se terminó la huelga de hambre de estos 3 estudiantes, pero no aún la paralización. Las movilizaciones siguen adelante haciéndole frente a los intereses de unos pocos de lucrar cada día más con la educación, donde grandes conglomerados económicos compran instituciones académicas sabiendo de las suculentas ganancias que pueden obtener.
La venta de estas instituciones que supuestamente son “sin fines de lucro” se ha visto incrementada en el último tiempo, por ejemplo Laurete compró la Universidad de Viña del Mar; el grupo Hurtado Vicuña y Linzor Capital compró la Santo Tomás.
En la ciudad de La Serena también se encuentra una sede de la Universidad del Mar la cual recientemente ha sido comprado un gran porcentaje de sus acciones por parte del grupo multinacional Southern Cross: fondo de inversiones latinoamericano y principal accionista en Chile de La Polar S.A., Chilesat, Prosegur, ESSBIO y Aguas Nuevas Sur Maule. Este consorcio ya ha alcanzado alianzas con la Universidad Andrés Bello y la U. de las Américas, por lo que ahora va por la U. del Mar, las 3 Universidad privadas con mayor matrícula del país. Bajo este contexto es que los trabajadores de la U. del Mar de La Serena se encuentran enfrentando una huelga legal, sin tener muchas respuestas al no identificarse por estos días claramente el dueño real de la Universidad.
Lamentablemente los estudiantes de la U. del Mar no se han organizado ni movilizado como los de la Central, siendo espectadores pasivos en el proceso de concentración de las propiedad de las instituciones de educación que vemos por estos días. En esto radica el valor de la lucha de los estudiantes de la Central, de que sus movilizaciones han sido un ejemplo de lo que se viene y de cómo los sectores populares deben actuar ante los embates de los ricos y poderosos.
Se terminó la huelga de hambre de estos 3 estudiantes, pero no aún la paralización. Las movilizaciones siguen adelante haciéndole frente a los intereses de unos pocos de lucrar cada día más con la educación, donde grandes conglomerados económicos compran instituciones académicas sabiendo de las suculentas ganancias que pueden obtener.
La venta de estas instituciones que supuestamente son “sin fines de lucro” se ha visto incrementada en el último tiempo, por ejemplo Laurete compró la Universidad de Viña del Mar; el grupo Hurtado Vicuña y Linzor Capital compró la Santo Tomás.
En la ciudad de La Serena también se encuentra una sede de la Universidad del Mar la cual recientemente ha sido comprado un gran porcentaje de sus acciones por parte del grupo multinacional Southern Cross: fondo de inversiones latinoamericano y principal accionista en Chile de La Polar S.A., Chilesat, Prosegur, ESSBIO y Aguas Nuevas Sur Maule. Este consorcio ya ha alcanzado alianzas con la Universidad Andrés Bello y la U. de las Américas, por lo que ahora va por la U. del Mar, las 3 Universidad privadas con mayor matrícula del país. Bajo este contexto es que los trabajadores de la U. del Mar de La Serena se encuentran enfrentando una huelga legal, sin tener muchas respuestas al no identificarse por estos días claramente el dueño real de la Universidad.
Lamentablemente los estudiantes de la U. del Mar no se han organizado ni movilizado como los de la Central, siendo espectadores pasivos en el proceso de concentración de las propiedad de las instituciones de educación que vemos por estos días. En esto radica el valor de la lucha de los estudiantes de la Central, de que sus movilizaciones han sido un ejemplo de lo que se viene y de cómo los sectores populares deben actuar ante los embates de los ricos y poderosos.
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