jueves, 19 de mayo de 2011

OPONERSE A HIDROAYSÉN REQUIERE OPONERSE AL CAPITALISMO Y AL IMPERIALISMO.

El viernes pasado más de 30 mil personas marcharon por el centro de Santiago mientras otros miles lo hacían en las principales ciudades del país constituyendo una de las movilizaciones más masivas de las últimas décadas.
Esta fuerte oposición al proyecto energético ha provocado una verdadera “temporada de oportunistas” donde inclusive los mismos que han propiciado otros proyectos similares aparecen ahora oponiéndose. Debemos recordar que este proyecto no se tramó de la noche a la mañana sino que comenzó a tejerse en la oscura noche de los 20 años concertacionistas donde contó con todo el apoyo de quienes hoy aparecen por la TV oponiéndose al proyecto. Recordemos que Frei cuando en 1997 inauguró la central hidroeléctrica Pangue manifestó con su habitual fomedad: “Chile nunca debe renunciar al desarrollo de proyectos hidroeléctricos por razones estratégicas”. Tras esto en el último día de su gobierno se despacharía el decreto que otorgaba a Endesa la concesión para construir la central Ralco en territorio mapuche-pehuenche.
Ante esto, en las pasadas elecciones presidenciales el único candidato que se planteaba como opositor a Hidroaysén fue Marco Enríquez-Ominami. Esto no porque el hijo de Miguel Enríquez sea ecologista, sino porque representa a los sectores que fomentan la construcción de centrales termoeléctricas (a carbón) como Rodrigo Danús y Paul Fontaine (dueños del proyecto Pirquenes, por ejemplo).
Es decir dentro del escenario variopinto de opositores a Hidroaysén varios plantean cosas distintas, pero no se ataca la causal del problema puesto que se deben reconocer algunas cosas.
La energía hidroeléctrica no presenta peligrosidad como las centrales nucleares. Al mismo tiempo no tiene las repercusiones contaminantes que tienen las plantas a carbón, sin embargo igual la gente se opone a ella.
Los fundamentos que se esbozan para su construcción dicen que es necesaria para el “crecimiento del país” y para suplir la “crisis energética que afectaría al país”. Esto se ha visto en los canales de TV y hasta en la publicidad de Radio Biobío. Pero la causa directa de este proyecto es suministrar electricidad al Sistema Interconecta Central que funciona desde la III hasta la X Región (alrededor del 93% de la población). Falsamente se dice que esto es para el suministro de energía de los hogares y de la población en general; sin embargo en realidad este proyecto llevará electricidad a las expansiones de los proyectos mineros de las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso. Precisamente es la minería donde se está consumiendo gran cantidad de energía y de agua, secando los valles, precarizando a los pequeños campesinos, aumentando las cuentas de los servicios del pueblo y extendiendo la desertificación hacia el sur.
Oponerse a la extracción minera del país sería una actitud bastante hippy que no ataca el motivo principal que representa el hecho de que año a año Chile debe incrementar sus cifras de extracción minera puesto que en ello está fundada nuestra economía y lo hace sabiendo que gran parte de la plusvalía de esa extracción se va a manos de capitales extranjeros imperialistas (canadienses, norteamericanos, australianos, británicos, brasileños y chinos, principalmente) y el resto queda en manos de la burguesía nacional (Luksic por ejemplo).
Es en este sentido que una oposición a Hidroaysén no puede desconocer que en el actual escenario el país necesita de la energía que suministra este proyecto y si se toma en cuenta que las otras alternativas son peores (carbón, por ejemplo) debemos atacar la causa del asunto, es decir el saqueo imperialista que sufre nuestro país que trae pésimas consecuencias a nuestro pueblo, provoca la dependencia económica, la degradación ecológica y la extinción de nuestros recursos naturales. Oponerse a Hidroaysén requiere transformar el sistema económico del país, donde el imperialismo aliado a la burguesía nacional se lleva el mejor pedazo de la torta dejando al pueblo pagando sus consecuencias. Oponerse a Hidroaysén desde la posición ecologista verde es hacerlo por una cuestión personal e individualista. Oponerse a Hidroaysén por un proyecto socialista y de liberación nacional de derechos populares para las masas del país es una demanda política teñida de rojo y negro más que del verde pacifista. El capitalismo en su desarrollo actual no es más que la barbarie, tal como lo enunciaba Rosa Luxemburgo hace ya casi 100 años:


«la sociedad burguesa se encuentra ante un dilema:



o avance hacia el socialismo o recaída en la barbarie.»

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡SOCIALISMO O BARBARIE!
¡ALCEMOS LAS BANDERAS DEL TROTKISMO EN CHILE Y AMÉRICA LATINA!

Anónimo dijo...

confunde todo
no entiende nada
hay que leer jóvenes, hay que leer (pero no manuales)

Anónimo dijo...

por que hablan con lenguaje marxista y a continuación reivindican el rojo y negro (anarquista) y no la roja bandera del comunismo?

Gracias

Anónimo dijo...

que la bandera del anarquismo no era la negra?

Anónimo dijo...

ver FAI, CNT, por ej.

Anónimo dijo...

como son tan ciegos no se dan cuenta que estan apropiandose de nuestro pais inperialistas ,corruptos donde la opinion de la gente de este pais no les importa plagiadores.

Anónimo dijo...

"teñida del rojo y negro más que del verde pacifista" y que es lo que planteas entonces?,dividir el comunismo del anrquismo?. no quiero decir que estan juntos de la mano, pero, lo que si, es que tienen un enemigo comun que es el capital y, por ende el estar tratando de no consumir tu cerebro con discusiones baratas, con lo de ayyy los rojos y los negros, eso es basura. la luxa es una sola y es en contra del capital!

Anónimo dijo...

El único enemigo del anarquismo es el comunismo
¿la historia ha demostrado otra cosa?
Seamos serios por favor. Basura no es dar el debate, basura es querer hacer hibridos del marxismo y el anarquismo. Si quieres revisar el marxismo es problema tuyo.
De inmediato descalificas sin argumentar ¿En eso consisten tus métodos de "luxa"?


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