El Capitalista lo dice: La subversión es contagiosa

Varias semanas duraron las manifestaciones de los trabajadores subcontratados de Codelco. Los paros y las protestas violentas, que la prensa y el gobierno no tratan sino de desligitimar, fueron para los trabajadores explotados del cobre la manera más efectiva de hacerse escuchar ante el gobierno, por una parte (que por cierto una vez aceptado el "diálogo" y bajadas las movilizaciones hace oidos sordos) , y ante el pueblo chileno por otra.

Nuestro pueblo recibe a diario la información previamente seleccionada y censurada por los medios de comunciación burgueses, los que por cierto no encuentran necesario, sino perjudicial, dar a conocer a la gente que los trabajadores del país se están movilizando. "La subversión es contagiosa" es una de las premisas de la represión de los empresarios y el gobierno a los trabajadores y de la selección de información por parte de la prensa oficial.

Pero esta premisa, aunque provenga del enemigo, no deja por ello de ser real: los trabajadores subcontratados de CODELCO han dado con sus manifestaciones el impulso a otros trabajadores del país. Cerca de 4,000 trabajadores subcontratados de la Empresa Nacional de Petroleo (ENAP) han decido radicalizar sus manifestaciones para conseguir hacer oir sus demandas. Durante esta semana los trabajadores de ENAP en CONCON y Bio Bio paralizarán las obras en protesta por los sueldos y las condiciones de trabajo miserables a la que se encuentran sujetos como trabajadores subcontratados. "Hemos agotado todas las acciones de derecho, Inspección del Trabajo, reclamo ante los ministerios, conversaciones, llevamos más de dos meses conversando en el caso específico de ENAP y hemos tenido nulas respuestas", dijo Sergio Alegría, el presidente del Sindicato Nacional Interempresa (Sintrac). Por ello los trabajadores de la empresa se han agotado de seguirle la corriente al gobierno, con sus discrusos de diálogo y conciliación, puesto que la experiencia, tal como muestra también el caso de los trabajadores de CODELCO, señala que el diálogo con el enemigo no conduce nunca a buen puerto.