Han pasado varios días desde el cierre de RCTV y ya hemos podido apreciar algunas reacciones en Chile desde sectores políticos y desde los mismos medios de comunicación. En este sentido, la opinión general de parte de los representantes de la política burguesa gira en torno a afirmar que el cierre de la televisora atenta contra la libertad de expresión y el derecho que tiene la población a informarse con el medio que desee.
Los medios de comunicación representados en la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI) han iniciado una campaña de apoyo a la televisora recién cerrada, en la que condenan la acción del gobierno venezolano y en la que apoyarán expresamente cualquier acción “democrática” que tienda a terminar con los atropellos que se cometen en el recién mencionado país.
Ante lo anterior, la revista Negación de la Negación, asumiendo su rol de prensa militante al servicio de la organización proletaria, declara que la acción de los medios de prensa chilenos no hace más que confirmar su rol defensor de las clases explotadoras y de los grandes poderes empresariales.
En nombre de los derechos humanos, en nombre de la Democracia y la libertad de expresión, los medios de comunicación chilenos se han comprometido a apoyar acciones que atentan contra el principio más esencial que puede gozar una sociedad, el principio de autodeterminación de los pueblos.
Independientemente del juicio que tenemos sobre el proceso que se lleva a cabo en Venezuela, no podemos quedar indiferentes ante el engaño publicitario miserable que se ejerce hacia nuestro pueblo chileno, pues nunca se menciona que esa televisora cuya concesión no fue renovada, se negó a emitir imágenes del golpe de Estado que efectuaba Estados Unidos y el monigote Carmona contra el pueblo venezolano, transmitiendo un montaje nunca antes visto en la televisión venezolana (aparte de las telecebollas de RCTV).
RCTV representó a la reacción y fue en la práctica un explícito opositor al gobierno bolivariano, alentando golpes de Estado e intervenciones extranjeras en Venezuela.
Con sus teleseries, al igual como sucede en Chile mantuvo cautiva a gran parte de la población “atontándola” y sumiéndola en la más profunda y estúpida fantasía. Es por esto, que ahora miles de mujeres esposas de los grandes burgueses no saben que hacer durante sus 24 horas de ocio y se indignan al pensar que en el mismo canal en el que antes se encontraba RCTV ahora encontrarán dos cosas de la cual carecen ampliamente, La Cultura y el sentido social.
Ante el recurso de la violación a los derechos humanos que supuestamente se violan en Venezuela, nosotros anteponemos la defensa de los derechos del pueblo como condición necesaria para la construcción de una sociedad auténticamente justa. Los derechos del pueblo no son aquellos en los que se defiende a un supuesto universal, sino que son los derechos de una clase, los derechos de aquellos que nunca han sido defendidos por nadie, salvo por si mismo, los derechos de la clase explotada.
Los medios de comunicación representados en la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI) han iniciado una campaña de apoyo a la televisora recién cerrada, en la que condenan la acción del gobierno venezolano y en la que apoyarán expresamente cualquier acción “democrática” que tienda a terminar con los atropellos que se cometen en el recién mencionado país.
Ante lo anterior, la revista Negación de la Negación, asumiendo su rol de prensa militante al servicio de la organización proletaria, declara que la acción de los medios de prensa chilenos no hace más que confirmar su rol defensor de las clases explotadoras y de los grandes poderes empresariales.
En nombre de los derechos humanos, en nombre de la Democracia y la libertad de expresión, los medios de comunicación chilenos se han comprometido a apoyar acciones que atentan contra el principio más esencial que puede gozar una sociedad, el principio de autodeterminación de los pueblos.
Independientemente del juicio que tenemos sobre el proceso que se lleva a cabo en Venezuela, no podemos quedar indiferentes ante el engaño publicitario miserable que se ejerce hacia nuestro pueblo chileno, pues nunca se menciona que esa televisora cuya concesión no fue renovada, se negó a emitir imágenes del golpe de Estado que efectuaba Estados Unidos y el monigote Carmona contra el pueblo venezolano, transmitiendo un montaje nunca antes visto en la televisión venezolana (aparte de las telecebollas de RCTV).
RCTV representó a la reacción y fue en la práctica un explícito opositor al gobierno bolivariano, alentando golpes de Estado e intervenciones extranjeras en Venezuela.
Con sus teleseries, al igual como sucede en Chile mantuvo cautiva a gran parte de la población “atontándola” y sumiéndola en la más profunda y estúpida fantasía. Es por esto, que ahora miles de mujeres esposas de los grandes burgueses no saben que hacer durante sus 24 horas de ocio y se indignan al pensar que en el mismo canal en el que antes se encontraba RCTV ahora encontrarán dos cosas de la cual carecen ampliamente, La Cultura y el sentido social.
Ante el recurso de la violación a los derechos humanos que supuestamente se violan en Venezuela, nosotros anteponemos la defensa de los derechos del pueblo como condición necesaria para la construcción de una sociedad auténticamente justa. Los derechos del pueblo no son aquellos en los que se defiende a un supuesto universal, sino que son los derechos de una clase, los derechos de aquellos que nunca han sido defendidos por nadie, salvo por si mismo, los derechos de la clase explotada.
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